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De la buti a la farra

Texto: Juan Ramón Vilaseca


Aterrizar desde uno de los territorios más ricos en gastronomía, cuna de premios culinarios y plagado de estrellas michelín no es fácil. La comida y la cocina nos transporta de inmediato a nuestras raíces, a nuestra infancia. Hay olores que sencillamente paralizan y nos hacen recordar con añoranza aquellos momentos en familia.



Colombia, es un paraíso tropical donde ciertamente encontraremos menos buti y más farra, aun así, disfrutarlo y recorrerlo con alguna guía es maravilloso. Aquí hay algunas de las recomendaciones bajo mi experiencia personal para descubrir y desempolvar algunos rincones colombianos, comer bien y pasar un rato agradable.


Nada mejor que poder disfrutar comida típica colombiana y el lugar de mi elección es Gaira, tienen la combinación perfecta de buena comida local sumado al ambiente encantador que da la música en vivo, aquí se pueden probar tamales de arroz o de pipián como entrada, posta negra o ensaladas con aromas del caribe como la gairera.


Los restaurantes Ocio, Mesa Franca y Salvo Patria son excelentes destinos también en Bogotá, donde, sin demasiadas pretensiones, se aferran con fuerza a ingredientes y preparaciones locales, dando a los platos un carácter propio y elevando así la cocina colombiana un escalón por encima del promedio.




En Cartagena, la Cocina de Pepina esconde detrás de la sencillez de sus pocas mesas algunas de las mejores preparaciones con aires de la costa, especialmente cocina monteriana y cordobesa como el famoso mote de queso costeño, la típica boronía (puré de plátano maduro y berenjena) y la sopa caribe. Un restaurante con identidad propia y cálida atención que da la sensación de estar comiendo en la casa de una familia típica de la costa caribe colombiana.


Pero, en definitiva, el secreto mejor guardado entre las murallas es Celele, una increíble apuesta gastronómica en el barrio Gestsemaní que hace levitar los sabores colombianos. Un plato en especial casi ocasiona que me rasgue las vestiduras, fue el bollo de maíz biche relleno con gallina ahumada guisada, tiene choclo de ají dulce, col y millo frito, otros platos, como la ensalada con queso de capas de Mompox dan brillo a su carta de una sola hoja, donde cada paso y cada detalle es un viaje y a la vez una explosión para los sentidos. Nada mejor que una agradable caminata por este alegre e iluminado barrio de Getsemaní tras una cena de fantasía.



En Bogotá tengo una elección personal con sabores caribe y alma latina llamada El Kilo, destino que cada vez me sorprende, bebidas refrescantes como el falso mojito sirven de antesala para un despliegue mágico de sabores de mar con aires costeños y peruanos.

No importa cuál sea la elección, por favor no dejen de pedir el Némesis al final.



¿Dónde buscar sabores catalanes en Bogotá? Hay experiencias agradables y bien hechas como Matiz y las Cuatro Estaciones, pero, así como es mejor dejar la escudella y las croquetas para probar en Cataluña, bien vale la pena empaparse y sumergirse entre buenas arepas, tamales, calentaos y otros placeres mientras se disfruta la farra en este paraíso en construcción llamado Colombia.

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